En nuestro último dia en Colón, nos levantaron muy temprano para comenzar nuestro camino de regreso, pero fue algo difícil, ya que nos habíamos ido a dormir muy tarde, después de la hermosa noche que nos hicieron pasar. Nadie quería regresar y con las caras largas fuimos a tomar rapidamente nuestro último desayuno allí para partir...
Cargamos nuestras valijas y emprendimos nuestro viaje...
Cargados llenos de comida y con un calor tremendo intentamos descansar un poco, pero nuestros profes nos anunciaron que ibamos a tener un ultimo recorrido!. "El palmar", fue creado con el objetivo básico de resguardar uno de los últimos palmares de Yatay representativos de los que, hasta fines del siglo pasado, prosperaban sobre todo en el oriente de Entre Ríos. Su amparo se extiende además, a otros ambientes de significativo patrimonio natural, como la selva en galería y el monte xerófilo.
El Parque Nacional El Palmar fue creado en 1966. Posee una superficie de 8.500 ha. y está ubicado en el centro oeste de la provincia de Entre Ríos, entre las ciudades de Colón y Concordia, Dpto. Colón.
Por su cercanía con los principales centros urbanos del país, este Parque es sin duda, uno de los más visitados y conocidos de nuestra geografía.
Lo llamativo de su paisaje poblado de palmeras, los bosques en galería que pueblan las márgenes de los ríos, la belleza del Río Uruguay y la abundancia de su fauna silvestre, constituyen los principales atractivos del Parque. Asimismo, ofrece muchas comodidades y servicios para el visitante: buenos caminos, camping, proveeduría, centro de informes, folletería y hasta una playa ideal para el verano sobre el río Uruguay. Encontraremos además distintos ambientes característicos del Espinal como por ejemplo el pastizal, que se encuentra íntimamente ligado con los palmares formando un ecosistema único (palmar-pastizal) que brinda alimento y refugio a innumerables especies de animales: extraordinaria cantidad de insectos, reptiles como la Yarará, varias especies de culebras, pequeños roedores y aves típicas de estos ambientes como el Carpintero Blanco y el Real. También podemos encontrar al acecho de su presa a algún escurridizo Gato Montés.
Un guía fue explicándonos todo el recorrido a medida que lo ibamos haciendo... Cuando llegó el momento de bajar fue increíble el paisaje que vimos y aprovechamos para sacarnos muchas fotos.
Esta fue nuestra última visita, no la aprovechamos tanto ya que estabamos exhaustos, pero igual la recordamos como todas.
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